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El Ganchillo Social. Tansformar

Última modificación
Mar , 30/05/2017 - 09:42

Las cosas más valiosas son las que no tienen precio, o eso me dijo un poeta.

Y de esto quiero hablar hoy porque aunque yo, ni soy poeta, ni filósofa, y menos economista, sí soy una trabajadora social con muchas ganas de cambiar las cosas. Y es que siempre se puede actuar en el mundo, solo hace falta no perder las ganas.

Veo a mi alrededor, muchas personas e iniciativas esforzándose por mejorar sus entornos y colaborando para lograrlo, sí, la gente sigue teniendo ganas de cambiar las cosas. Por eso hay que dar fuerza y apoyo a todas y ellas, poner a las personas en el centro, ese es mi objetivo con El Ganchillo Social.

En esta línea, el 6 de abril hicimos un taller para pensar y diseñar ideas que mejoraran nuestros barrios. La primera parte, dialogamos para construir una visión común desde la diversidad de discursos sobre redes ciudadanas de participación. La segunda, práctica, donde repensamos nuestros entornos desde una reflexión común para luego diseñar, prototipar y desarrollar acciones para hacerlos más amables. La idea era crear espacios de encuentro comunitarios en los que intercambiar conocimientos. De ahí brotaron varios proyectos basados los espacios públicos para la relación vecinal, que apostaban por innovar y aprender en colectivo.

Un divertido mapeo vecinal del ruido de los barrios, una jornada comunitaria de platos con historias o un recorrido emocional del barrio fueron los resultados. Geniales ideas, sin duda, pero lo más interesante de estas sesiones es el proceso por el que tomamos poder de acción sobre nuestro entorno, ejercemos una ciudadanía activa y reclamamos de alguna forma el apoyo institucional.

Hace poco, nos desplazamos a Málaga para hacer uno de nuestros talleres en el Centro de Arte Contemporáneo. Un grupo diverso con gente de diferentes países conversamos sobre participación y uso del espacio público mientras jugábamos con diferentes materiales recuperados como botellas de plástico, cartones, piezas de bici (cedidas por Recyclo Bike café), … y sus aplicaciones para mejorar nuestros barrios. Flores decorativas, ceniceros urbanos, soportes para móviles, etc. fueron algunas de las creaciones que surgieron, guiños a una transformación urbana incipiente.

Ya en Zaragoza, en esta línea nace “Hacedores del Rabal”, como una serie de talleres que giran en torno a la idea de la reutilización creativa de materiales considerados de desecho, y a la participación vecinal. Desde El Ganchillo, se quiso desarrollar este proyecto para explorar con vecinos y vecinas de todas las edades las posibilidades de construir en colectivo y crear recursos útiles para el barrio. Por ejemplo, haciendo maceto-huertos comunitarios, asientos y señales para los comercios, escenarios de cuentacuentos en colegios, bancos estructuras que nos resguarden del sol en verano…

La Remolacha” es nuestro cuartel de barrio, un espacio de La Azucarera situado a disposición del zaragozano distrito del Rabal. Poner esto al servicio de la ciudadanía es una forma de jugar y relacionarnos con nuestra comunidad, pero también es una forma de hablar de problemas comunes y de buscar soluciones consensuadas. A través de la autoconstrucción y del poder del reaprovechamiento de recursos, fomentamos las redes vecinales y contribuimos a crear unos entornos sostenibles.

El colectivo MaDLaB es quien se encarga de la parte técnica de los talleres. Ellas son el resultado de la unión de diferentes perfiles y oficios que buscan soluciones artísticas y artesanales, a través de la reutilización y la aplicación de nuevas ideas para buscar alternativas a lógicas consumistas. Norberto Fuentes, uno de los miembros define acertadamente MaDLaB como la representación de una necesidad social en la que están representadas diversas tipologías de lo que son personajes preocupados por el medioambiente y su entorno. La reflexión que está haciendo la sociedad sobre los materiales reciclados, es un principio de necesidad o un problema que se está produciendo en todo el planeta, por nuestra relación con el consumo, con el uso y el disfrute de nuestro medio. Cuando el ser humano llega a este punto la reutilización de los objetos es casi inevitable, nos cuenta. Y es la única manera que tenemos de crecer social, intelectual y espiritualmente. «Con estas acciones nosotras tratamos de aplicar soluciones a ese principio de necesidad que tiene la sociedad si se quiere reinventar, reconstruir o sencillamente evitar la catástrofe».

«No os adaptéis a esta sociedad porque está enferma, hemos creado un modelo  de economía que no es humana», decía Joan Melé el pasado mes de abril en el Foro global de Nuevas Economías e Innovación Social (NESIForum). El promotor de la banca ética y miembro del Consejo Asesor de Triodos Bank hablaba de la necesidad de empezar por cambiarnos a nosotras buscando primero la transformación personal como motor del cambio que queremos ver en el mundo. La sociedad es dinámica, y de nosotras depende que ésta cambie. Aludiendo al efecto mariposa está a nuestro alcance provocar ciertos cambios en nuestra propia conducta que, puedan tener su eco a una escala global. ¡Vamos a actuar en común y situarnos de una vez a las personas en el centro!

Si tienes ganas vente a participar  en los siguientes talleres que haremos desde El Ganchillo Social dentro del programa MIE y que se publicarán en RedZac.