Salir

Hábitos de vida saludables y cáncer – Parte 2

Última modificación
Mié , 11/09/2019 - 06:06

Como en el resto de eventos que hemos organizado, la segunda parte del evento Hábitos de vida saludables y cáncer fue una dinámica en la que todas las personas asistentes pudieron compartir y preguntar todo lo que quisieron. Y lo que sigue a continuación es el resultado de esa generosidad.

Abrió el coloquio Susana a la que le interesaba conocer qué alimentos son prohibidos y qué alimentos utilizábamos en el día a día nosotras. Alejandro, experto en nutrición y dietética, señalaba que las recomendaciones existentes indican que los alimentos a evitar son aquellos que no son saludables, aquellos con altas cantidades de azúcar, procesados, ultraprocesados, carnes rojas y carnes procesadas. Y por contra, alimentos que nos benefician sería todo aquello con base vegetal. Es decir, frutas, verduras, hortalizas, legumbres, cereales integrales, frutos secos y semillas. Recordaba que estas indicaciones son a nivel general. Habría que ver qué es lo que le viene bien a cada persona en particular diferenciando el momento de la enfermedad (prevención, durante el tratamiento o después).

Una mujer del público quería información concreta acerca de las recomendaciones de no tomar soja cuando estás siguiendo tratamientos hormonales, como por ejemplo después de un cáncer de mama. Se aclaró que no es tanto eliminar la soja como distanciarla de las tomas de tamoxiceno.

Al siguiente participante le interesaba también conocer como estaba el tema de la marihuana sobre todo los efectos que puede tener de cara a la quimio.

Contestamos entre Alex y yo. Empezamos recalcando la diferencia que hay entre los diferentes compuestos de la marihuana, de los que los más conocidos y utilizados son el CBD y THC. El THC es el compuesto psicoactivo, en cambio, el CBD no tiene ningún efecto psicotrópico. A día de hoy existen estudios con suficiente evidencia científica acerca de los efectos beneficiosos para pacientes de cáncer, especialmente efectos antieméticos y sobre el apetito, en este caso del THC. Si lo que nos interesa son los fines terapéuticos deberíamos utilizar el CBD. El uso o no dependerá de cada persona, el médico no te lo va a recomendar. Por un lado, el THC es ilegal y el CBD se encuentra en un vacío legal. Además, los estudios no son conocidos a nivel general, hay una carencia de información. Aquí en España hasta hace unos años no había estudios ni de los fines terapéuticos, en esto, otros países nos llevan delantera. Existen asociaciones, aquí en España, que sí que trabajan y conocen los fines terapéuticos de la marihuana, es cuestión de preguntar, investigar y decidir.

Elena planteaba que tuvo cáncer y una recidiva desde 2015 hasta 2018 y me estoy informando mucho sobre el tema nutrición. Durante el proceso tomaba cápsulas de cúrcuma con pimienta, cápsulas de ajo y de omega 3. Cuando fui a la oncóloga me dijo que todo esto me lo quitara. Me gustaría saber cuando puedo reiniciar qué opinión tienes de los antioxidantes.” Alex indicaba que a nivel nutricional, tomar cápsulas de cualquier tipo no es necesario porque tenemos la posibilidad de incorporarlos mediante los alimentos. En el caso de la cúrcuma y la pimienta, es una combinación ideal por el efecto potenciador de la pimienta con la curcumina, que tiene efectos antiinflamatorios comprobados, se vende la mezcla de especias ya hecha y no hace falta complementarse. No por tomar complementos el efecto va a ser mayor.

En cuanto a los antioxidantes aclarar que la quimio funciona por oxidación por lo que los antioxidantes durante el tratamiento quimioterapeútico están contraindicados.

También Elena tenía otra pregunta, en este caso para Lucía, experta en ejercicio físico y cáncer. ¿Cuándo uno se puede recuperar para empezar a hacer ejercicio físico de forma gradual, porque yo ahora llevo tres meses ya sin tratamiento y no puedo, qué recomendaciones darías?

Lucía contestaba “te estás planteando una meta que tu tenías antes de todo el proceso pero ha cambiado. Tu estado actual es el que es. Hay que aceptar como estás de condición física y cambiar pequeñas rutinas de tu día a día que te empiecen a hacer una puesta a punto. Si solo puedes dar una vuelta a la manzana pues hoy solo una vuelta a la manzana. Es decir, no intentes conseguir ahora mismo lo que hacías antes. Eso ya vendrá. Estás en un círculo vicioso de fatiga y, además, tu cabeza también te está diciendo no puedo porque me canso mucho y este círculo es difícil de romper pero no es imposible. Quizás ahora mismo que vayas a correr o a la piscina es inviable pero se pueden establecer rutinas, por ejemplo, teniendo en cuenta el momento del día en el que te encuentras mejor. Quizás no todos los días pero se pueden marcar los días que sí. Es intentar incorporar pequeñas rutinas en tu día a día que puedas realizar sin que para ti sea la barrera del ¡uf, tengo que correr o tengo que nadar!. Es como engañar a tu cerebro para romper esas barreras que ahora mismo tienes, físicas y mentales para poder hacer ejercicio y llegar a esos estadios iniciales […] Y si tienes a alguien con quien puedas ir mejor, porque sola va a ser más complicado. Si tienes a alguien que tire de ti es fantástico.”

Lucía hacía hincapié en la realización de una prueba de esfuerzo de manera previa a la vuelta al ejercicio físico. Es una prueba no invasiva y para ella básica pues te vas a someter al estrés que luego vas a sufrir cuando salgas a correr o el deporte que sea. La va a hacer un cardiólogo y es importante. Uno de los efectos más importantes o con mayor afectación es la cardiotoxicidad que produce la quimio y que se ha demostrado que por el paso de los años hay eventos adversos como un parto, cardiopatías… que pueden derivar en algo preocupante. Es un chequeo básico.

Nos daba otra sugerencia, cuando son casos con umbrales muy altos de fatiga el medio idóneo es el agua, por el impacto articular, por la propia hipogravedad que hay en el agua. Es la forma más segura y que menos cuesta al paciente.

José, llamaba la atención sobre el deporte de alto nivel ya que comentaba que últimamente está conociendo a cantidad de gente deportista, a niveles importantes de entreno, cuidados nutricionales, descanso, etc. que un día se hacen una analítica porque están muy cansados y les diagnostican una enfermedad de la sangre (leucemia, linfoma…).

Lucía contestaba que efectivamente “el deporte es algo agresivo para el cuerpo. El deporte competitivo llevado a extremo produce un choque en nuestro sistema inmune muy fuerte y nuestro cuerpo responde creando alteraciones inmunológicas. Si no dejamos el tiempo de recuperación, el cuerpo puede verse afectado. Nuestras células están predestinadas para morir. Hay un proceso apoptósico y la célula se autofagocita y se muere. Si nuestro sistema inmune no está fuerte o está dañado este proceso también se puede ver alterado y puede ser el precursor de que haya un crecimiento incontrolado. El ejercicio físico nos previene de muchas cosas pero llevado a extremos a niveles de competición sí tiene relación con determinadas enfermedades y el cáncer es una de ellas.”

Otra de las personas que estaban en el público hablaba del sobrepeso y demandaba querer saber cómo adaptar tanto el tipo de ejercicio como el tipo de alimentación para mantener el peso y para perder.

Alex resaltaba que al contar con una persona experta en alimentación y nutrición aunque el objetivo sea perder peso, se aprende a alimentarnos de manera correcta en función de nuestras necesidades y eso es lo importante. Recalcaba la importancia de estudiar cada caso particular, la historia, los gustos y preferencias, ver qué necesidades existen, hacer un estudio de qué se come a día de hoy, qué se puede trabajar… Un estudio de desde donde se parte y hacia dónde se quiere ir. Es necesario personalizar.

Lucía aportaba que “la pregunta que has planteado nos permite seguir pivotando sobre los dos anclajes que son ejercicio físico y alimentación. Solo la realización de ejercicio físico aislado no va a producir cambios importantes en la pérdida de peso. Se habla de cambios en la composición corporal. Se trata de jugar con la balanza grasa – músculo. Se debería realizar una buena valoración de la composición corporal de la persona para saber si aquello que manifiesta de que se está engordando realmente es un engorde de grasa que es lo que nos va a crear un microambiente tumoral negativo o es un incremento de peso por el músculo. Para producir ese cambio en la balanza tiene que haber una simbiosis entre dieta y ejercicio. El ejercicio tiene que estar presente de 3 a 5 días a la semana y no vale con un ejercicio de actividad física de salir un ratito en bici, no, hay que hacer un plan de entrenamiento con una rutina de fuerza y una rutina de trabajo aeróbico y es lo único que nos va a permitir cambiar porcentajes de composición corporal.

Sabemos que el cáncer se relaciona con enfermedades tipo resistencia a la insulina, diabetes tipo 2, síndrome metabólicos, colesterol… El ejercicio físico ya nos ha demostrado que frente a estas enfermedades cardiovasculares produce una reversión de la enfermedad. Es importante combinar ejercicio y dieta. Solo con ejercicio no se va a poder bajar peso si la pérdida es importante y la pérdida de peso solo con dieta no es selectiva, se baja músculo y grasa. Siempre tiene que ir de la mano.”

Una de las personas del público compartía “no se si es debido a la medicación o a la enfermedad pero, a veces, cuando me voy a caminar o a hacer ejercicio de repente me da una bajada de fuerzas no se si es debido a una bajada de azúcar pero siempre tengo que llevar algo para comer, algún zumo… ¿Qué tipo de alimento hay que tomar antes de hacer ejercicio y que alimentos hay que tomar después?

Alex nos explicaba que tenemos que procurar que nuestras reservas de glucógeno estén a tope. Por lo que cereales integrales, fruta… van a permitir el llevar a cabo esa carga de glucógeno muscular. Después de hacer ejercicio también debemos volver a cargar las reservas de glucógeno porque debido al ejercicio realizado las reservas han disminuido. Lo mejor para hacer una buena carga de glucógeno son los cereales integrales. Esto, a la par de las consideraciones necesarias que tengamos que tener por complicaciones que puedan surgir debido al tratamiento. Por eso es tan importante la personalización.

Surgió una pregunta sobre la fibra. ¿Qué importancia tiene y qué fibra más natural podemos tomar que no sea la que se vende en cajitas, qué productos son los mejores?

Alex nos informaba de que “el hecho de que en nuestra dieta predominen los alimentos de origen vegetal va a facilitar que esa fibra que necesitamos a lo largo del día la podamos ingerir. Nuestras necesidades diarias en cuanto a fibra son unos 30-35 gramos por persona. Lo complicado es cuantificar la cantidad de fibra presente en los alimentos que tomamos. Por lo que te recomendaría que mires cuál es la base de tu alimentación y que si puedes incluyas frutas, hortalizas, legumbres, frutos secos, semillas (de lino, de cáñamo…) y notarás la diferencia. Obviamente, como todo, tienes que generar un hábito, tienes que ir día a día, no podemos esperar resultados de un día para otro pero esto como parte de una solución para aumentar la ingesta de fibra te va a servir seguro. Es muy importante también que a la vez que la fibra tomemos una cantidad suficiente de agua”.

Otra persona quería saber del tema de la gestión emocional, “no solo por el cáncer sino por otras enfermedades, en este caso alzheimer, el tema de los cuidadores. En la enfermedad lo pasa muy mal el que la sufre y el que le cuida. Entonces, ¿cómo sacar algo positivo y cómo orientarlo en esos momentos de ansiedad, negatividad, que lo ves todo negro? ¿Cómo sacar algo positivo, si se puede sacar?”

En este caso, me tocó responder a mí y comentaba que “habría que ver la idiosincrasia del caso particular pero a mí mientras formulabas la pregunta me venían dos cosas que me parecen muy importantes, sobre todo porque has nombrado una enfermedad muy complicada que es el alzheimer. Es muy complicada sobre todo para la gente que acompaña.

Algo que es básico para el cuidador es el descanso y a veces se nos olvida. Queremos estar tanto, tanto, tanto por la persona que lo necesita que nos olvidamos de nosotros mismos y la ayuda que podemos prestar cuando estamos cansados, cuando estamos agotados a nivel emocional no es de la mejor calidad y no es la que a nosotros nos gustaría ofrecer a esa persona. Hay que ver el descanso del cuidador como otra manera más de cuidar a la persona enferma.

Por otro lado, considero importante controlar las expectativas. El alzheimer provoca cambios en la persona que lo sufre. Cambios muy importantes que son muy difíciles de gestionar para las personas que los quieren. Te invitaría a reconocer, de volver a conocer, a esa persona que tu querías, que ya no es como era pero que es de otra manera diferente. Volver a querer a esa persona que es distinta, volver a encontrar modos de relacionarte con esa persona que ahora es diferente”.

Y hasta aquí todo lo aprendido. ¡Aún nos queda el último!