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Rocketz, del arte hacia lo público

Última modificación
Lun , 10/07/2017 - 09:40

¿Aceptaríamos un rediseño de la relación existente entre artistas, comisari@s y demás profesionales del arte y la cultura con las instituciones locales, en este caso con el Ayuntamiento de Zaragoza? Rocketz, como proyecto propositivo, diseña un intercambio de bienes y servicios que atiende a la producción sostenida en el tiempo y sostenible económicamente, así como su difusión y promoción en nichos dinámicos de mercado.

Rocketz Zaragoza

Fig.1 : La obra “Untitled” (1982), realizada por el artista estadounidense Jean-Michel Basquiat (1960-1988), vendida hace pocos días en la sala de subastas Sotheby’s por 99 millones de euros. Seguro que estamos de acuerdo en que el comprador es un fan del arte.


Merced al contexto de dominio que las diferentes visiones mercantilistas imponían sobre la cultura, era costumbre que el arte contemporáneo a las sucesivas etapas del s.XX y las que llevamos del actual se viniera observando como algo lejano al núcleo de las sociedades, el cual debía además ser expuesto en lugares donde nada distrajera la atención del observador.

Debido a ello, numerosísimas iniciativas y fuertes inversiones se realizaban en aquellas periferias del conocimiento donde se suponía que brotaba la mayor parte del talento artístico. En el tablero donde se jugaba el crecimiento del artista las cartas iban siempre marcadas, y la supervivencia pasaba –y sigue pasando- por decisiones que poco o nada tenían que ver con la producción del arte en sí (fig.1).

Pero en el tiempo presente los entornos globalizados están canibalizando tales áreas, las periferias que tan sucintamente describo. Y me aventuro a sugerir que pudiera ser debido a la segmentación de la audiencia, la escasez económica o al simple hecho de que en un mundo globalizado no haya periferias, o la frontera entre éstas y la centralidad sea demasiado difusa, o que incluso las periferias, de existir, se encuentran ocupadas por otras “ramas del saber”.

Lo que la crisis económica ha dejado tras de sí en toda Europa son muchas verdades al descubierto con respecto a los artistas. La primera debe ser hoy puesta en valor: y es que siempre estuvimos ahí al lado, esperando una oportunidad de hacer saber a todos que los artistas tienen algo que decir, y por lo tanto también algo que compartir, en igualdad de condiciones y responsabilidades a cualquier conciudadano. Hemos pasado la tormenta junto a ti, hemos crecido contigo, hemos sido uno más y queremos seguir siéndolo. No queremos las periferias, queremos sentir el magma propio de nuestras sociedades, porque bebemos de ellas y viceversa.

Fue la visión mercantilista la que convenció a muchos en apostar sus fichas en el número equivocado de un tablero de juego donde, además de que todo estaba trucado, resultaba ser el campo de una vasta cultura desubicada. ¿Cómo es esto posible?


El círculo cerrado.

 

Rocketz ZGZ

Fig.2 : Animación del artista Pierre Rougemont (http://pierrerougemont.tumblr.com/), estudiante de animación en la Ecole de l’image Gobelins en París. Sobre una base de “cículo cerrado”, el artista concursa a las ayudas y, si las gana, produce adelantando de su propio bolsillo (proveedores, su propio salario, etc.), obtiene una difusión local desde lo institucional o no, y finaliza el proceso con una exposición en el ámbito local. Es un modelo insostenible, donde ciertamente se controla muy bien el gasto, pero se somete a la producción de arte a un modelo condenado al fracaso en la inmensa mayoría de ocasiones.

 

La costumbre que rige la inversión pública en arte impone unos cánones de gasto muy restringidos, los cuales impactan negativamente (y en ocasiones de manera determinante) en el trabajo de artistas y profesionales del arte, sellando un círculo que traba o incluso imposibilita tanto la realización de obra artística con una periodicidad mayor al año como su posterior salida hacia mercados internacionales.

Eso es así dadas las normales restricciones legales que se impone la función pública. Prima el control de gasto, la inversión para el aprovechamiento local en forma de exposiciones en alguna de las salas de la ciudad. Esto, que define en la práctica lo mucho que importa la correcta gestión del gasto público, supone también la rueda de hamster donde la mayoría de artistas residentes en Zaragoza se hallan (fig.2).

La espiral abierta.

Alejar progresivamente los dos items más críticos del proceso artístco (producción y difusión) de las paradojas administrativas supone multiplicar las posibilidades de que artistas locales puedan auparse a ritmos sostenidos de trabajo, de forma que adquieran competencias de mercado de manera más ágil: curriculo de obras, conocimientos de logística, agenda de contactos,  formación continuada, etc.

Algunos pensamos que ha llegado el momento de tomar ciertas distancias y renovar ese contrato de uso y disfrute administrativo de lo cultural y artísticos de forma que ambas partes resulten convenientemente tratadas, algo que no ocurre ni ha ocurrido en lo que llevamos de democracia.


De ese modo, Rocketz propone, como proyecto MIE, una forma innovadora de apoyar la creación artística local, con vistas a lo global, y con la sana intención de hablar de dinero. No de más dinero, de acuerdo, pero sí de la forma en que se habilitan y usan los fondos públicos para el arte local, sin olvidar que, dicho sea de paso, Zaragoza cuenta con equipamientos de primer nivel que podrían servir para incrementarlos, pero de eso hablaremos otro día.